La odisea de Homero y los viajes de Gulliver.
Aunque creo que es más que evidente, tengo que admitirlo. "La odisea de Tashiko" está inspirada en el clásico de "La odisea" de Homero. Ya saben, el conocido relato del tortuoso regreso a casa de Ulises, tras su participación en la guerra de Troya.
Esta influencia no es casual. Me críe viendo una serie de televisión basada en esta obra, aunque estaba ambientada en el espacio y en el siglo XXI. "La odisea de Tashiko" guarda similitudes con las dos versiones de las tribulaciones de Ulises. Tashiko es sacada de su hogar, atacada y perseguida por piratas, viaja de un sistema estelar a otro, visita mundos habitados por increíbles criaturas, se enfrenta a peligrosos desafíos, e incluso tiene idilios amorosos...
La influencia de esta serie, Ulises 31, en mi obra es más que evidente. Cuando la vi de pequeño desconocía la existencia del poema de Homero, así que no me fijaba en las referencias a la mitología griega. En lugar de ello, me enseñó que los robots molaban, al igual que las naves espaciales y los viajes a otros mundos. Desde entonces, empecé a soñar con un futuro en donde los traslados interestelares son algo habitual y cotidiano. De hecho, esta serie ha influenciado tanto en "La odisea de Tashiko", que incluso hay un robot doméstico en mi novela que se parece mucho a Nonó, el pequeño robot que acompaña al Ulises galáctico en su odisea por el cosmos dominado por los Dioses.
También hay otra influencia no tan evidente en esta novela. Se trata de "Los viajes de Gulliver", por Jonathan Swift. No, no quiero decir que Tashiko viaje a mundos habitados por gente diminuta o por gigantes. El parecido con la obra de Swift viene dado por el sentimiento misántropo que Tashiko cultiva a lo largo de su viaje. Porque al principio de la novela, después de su primer y accidentado encuentro con los piratas espaciales, Tashiko es acogida por unos alienígenas reptiloides, algunos de los cuales terminan por convertirse en amigos y maestros de la protagonista, que aprende a valerse por sí misma gracias a ellos. Más tarde, cuando Tashiko vuelve a entrar en contacto con otros seres humanos, los ve presenciando crímenes atroces y genocidas contra estos seres reptilianos. Al ser testigo de unos actos tan terribles, Tashiko siente asco de ser humana, de pertenecer a la misma especie que esos seres que están masacrando el pueblo de sus amigos.
Es un sentimiento semejante al que experimenta Gulliver en uno de sus últimos viajes, cuando vive en compañía de esos caballos inteligentes y advierte que él es de la misma especie que los seres primitivos que viven al lado. Y por otra parte, es un sentimiento que también cultivé yo cuando pasé de la niñez a la adolescencia, al mismo tiempo que adquiría una conciencia ecológica y me daba cuenta de que los seres humanos somos una especie dañina para nuestro entorno natural.
Es a partir de esta misantropía cuando Tashiko empieza a reaccionar, a actuar y a luchar. Deja de ser una niña indefensa para convertirse en una mujer luchadora...
Pero ya he tirado demasiado de la manta. Será mejor que lean "La odisea de Tashiko".
Esta influencia no es casual. Me críe viendo una serie de televisión basada en esta obra, aunque estaba ambientada en el espacio y en el siglo XXI. "La odisea de Tashiko" guarda similitudes con las dos versiones de las tribulaciones de Ulises. Tashiko es sacada de su hogar, atacada y perseguida por piratas, viaja de un sistema estelar a otro, visita mundos habitados por increíbles criaturas, se enfrenta a peligrosos desafíos, e incluso tiene idilios amorosos...
La influencia de esta serie, Ulises 31, en mi obra es más que evidente. Cuando la vi de pequeño desconocía la existencia del poema de Homero, así que no me fijaba en las referencias a la mitología griega. En lugar de ello, me enseñó que los robots molaban, al igual que las naves espaciales y los viajes a otros mundos. Desde entonces, empecé a soñar con un futuro en donde los traslados interestelares son algo habitual y cotidiano. De hecho, esta serie ha influenciado tanto en "La odisea de Tashiko", que incluso hay un robot doméstico en mi novela que se parece mucho a Nonó, el pequeño robot que acompaña al Ulises galáctico en su odisea por el cosmos dominado por los Dioses.
También hay otra influencia no tan evidente en esta novela. Se trata de "Los viajes de Gulliver", por Jonathan Swift. No, no quiero decir que Tashiko viaje a mundos habitados por gente diminuta o por gigantes. El parecido con la obra de Swift viene dado por el sentimiento misántropo que Tashiko cultiva a lo largo de su viaje. Porque al principio de la novela, después de su primer y accidentado encuentro con los piratas espaciales, Tashiko es acogida por unos alienígenas reptiloides, algunos de los cuales terminan por convertirse en amigos y maestros de la protagonista, que aprende a valerse por sí misma gracias a ellos. Más tarde, cuando Tashiko vuelve a entrar en contacto con otros seres humanos, los ve presenciando crímenes atroces y genocidas contra estos seres reptilianos. Al ser testigo de unos actos tan terribles, Tashiko siente asco de ser humana, de pertenecer a la misma especie que esos seres que están masacrando el pueblo de sus amigos.
Es un sentimiento semejante al que experimenta Gulliver en uno de sus últimos viajes, cuando vive en compañía de esos caballos inteligentes y advierte que él es de la misma especie que los seres primitivos que viven al lado. Y por otra parte, es un sentimiento que también cultivé yo cuando pasé de la niñez a la adolescencia, al mismo tiempo que adquiría una conciencia ecológica y me daba cuenta de que los seres humanos somos una especie dañina para nuestro entorno natural.
Es a partir de esta misantropía cuando Tashiko empieza a reaccionar, a actuar y a luchar. Deja de ser una niña indefensa para convertirse en una mujer luchadora...
Pero ya he tirado demasiado de la manta. Será mejor que lean "La odisea de Tashiko".
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