5 tópicos de la ciencia ficción juvenil.

A pesar de que "La odisea de Tashiko" está orientado a lectores más bien adultos, presenta varias similitudes que tiene en común con la literatura juvenil de ciencia ficción de los últimos años. En esta entrada pasaré a enumerarlas, centrándome en obras como Los Cien, Los Juegos del Hambre o El Corredor del Laberinto.

1- Los protagonistas son jóvenes. Es un requisito que casi cae de cajón. En toda obra siempre se busca la familiaridad con el consumidor. En este caso, el lector joven siempre se identificará con personajes que tengan más o menos su misma edad. Además, está el tema de los cambios hormonales, los que producen sentimientos confusos, que hacen difíciles distinguir los impulsos sexuales de los amorosos. Tengan en cuenta que estas sensaciones son nuevas para el adolescente que las sufre. No sabe canalizarlos, convirtiéndose en un aliciente más para el lector joven que consume este tipo de obras. Si ve cómo estos sentimientos son gestionados por sus personajes favoritos, cómo llegan a afectar a sus tomas de decisiones, el lector puede encontrar un modelo a seguir en estas obras, que le permita gestionar sus propias reacciones hormonales.
Mención aparte merecen los idilios amorosos, que suelen complicarse con otros aspectos de la trama. No siempre, la persona de la que te enamoras, termina por ser tu pareja. En este aspecto, estas obras pueden educar, a falta de experiencia vital, al lector joven a gestionar correctamente sus relaciones amorosas.
Son cosas que ya reflejé en "El Heraldo del Caos", cuando el protagonista intenta sobrellevar su atracción  amorosa no correspondida con la chica de tus sueños. Lo mismo sucede con los hermanos adolescentes de la familia de "El Observador", que también pretenden llamar la atención de sus respectivos pretendientes. Y también pasa en "La odisea de Tashiko", cuya protagonista, de 17 años y sexualmente activa, pretende seguir llevando su estilo de vida desahogada y ociosa, y continuar con las mismas en sus restantes cinco siglos de vida.

2- El mundo está j****o. Una característica común de las tres obras mencionadas al principio de esta entrada, y tal vez, la más horripilante.
Y es que el lector joven actual ha crecido en un mundo tecnológico, rodeado de comodidades. De hecho, se les denomina nativos digitales, por presentar habilidades casi innatas a la hora de trabajar con ordenadores o móviles inteligentes, o cualquier otro tipo dispositivo electrónico. Y al mismo tiempo, el lector juvenil se ha criado en una incierta época de crisis económica mundial, que se resiste a abandonarnos. Es lógico que a estos lectores les inquiete vivir en un mundo en donde, de pronto, no hay móviles, ni redes sociales, ni ocio electrónico... Así que no es de extrañar que en este tipo de novelas, los protagonistas tengan que desenvolverse en un mundo hostil, devastado por los pecados de sus antepasados.
En "El Heraldo del Caos" también sucede esta circunstancia. El protagonista, además de descubrir que el mundo en el que vive no era cómo le habían contando, se ve envuelto en un conflicto interplanetario que se está eternizando por culpa de prejuicios arraigados en ambos bandos. Se podía decir lo mismo con "El Observador", cuyos personajes viven en una realidad que se parece demasiado a la que todos experimentamos todos los días. Y lo mismos sucede con "La odisea de Tashiko", que una vez apartada de su burbuja de bienestar, descubre que el universo es un lugar tan bello como cruel, en el que hay que luchar si quieres permanecer con vida...

3- Los adultos, en vez de arreglarlo, lo estropean todo aún más. ¿Qué sería de una novela juvenil sin un conflicto generacional? Continuado con la premisa descrita en el anterior apartado, en estas novelas, los miembros de las antiguas generaciones son incapaces de solucionar los problemas creados por ellos mismos o por sus antepasados. Arraigados en anticuado prejuicios o en desfasados procedimientos, no hacen más que agravar los daños en estos mundos j****os.
Así que no es de extrañar que los antagonistas principales de estas novelas sean adultos. los cuales, ya sean conscientes o inconscientes de sus actos perjudiciales, se enfrentan al protagonista joven, que trata de sobrevivir y abrirse paso en el mundo hostil creado por los dichosos errores de los antepasados. En estas obras, se cumple la máxima bíblica; los hijos son castigados por los pecados de sus padres.
Es un rasgo que no debe faltar. porque el lector joven ya habrá tenido discusiones de este tipo con los adultos de su entorno, cuestionándose las reglas sociales y cívicas impuestas desde tiempos inmemoriables. Además, hay que alertar al lector joven de que el mundo actual, el real, peligra por culpa del Cambio Climático y de toda la contaminación que se está vertiendo en la Tierra. Algún día, tendrán que tomar decisiones difíciles. Y más vale que empiece a hacerse a la idea.
Esta situación la reflejo en "El Heraldo del Caos", con la mencionada guerra eternizada entre dos bandos enquistados en sus ideas políticas. También pasa con "El Observador", donde los adultos, por regla general, son incapaces de comprender a qué se enfrentan cuando van a por el hacker protagonista. Y a lo que se refiere a "La odisea de Tashiko", las diferencias de la protagonista con su padre no son más que la punta del iceberg. A lo largo de su viaje, Tashiko se tiene que enfrentar con personajillos miserables, mayores que ella, que no tienen escrúpulos de cometer terribles crímenes para poder sobrevivir en un universo hostil...

4- El peor enemigo está dentro del grupo. El protagonista joven no está solo. Forma parte de un grupo de jóvenes, de iguales, con los que entabla amistad. O así debería ser.
Muy a menudo, el más amigable se convierte en el peor enemigo del protagonista, en un traidor tramposo. Y suele ser por un motivo tan trivial, como el de querer mandar en el grupo. Una enemistad propia de una tribu de trogloditas, que añade más complejidad a la trama de la novela.
Esto también se puede apreciar en "El Heraldo del Caos" o en "El Observador", donde sendos protagonistas son cuestionados a medida que se hacen más fuertes, convirtiéndose en espontáneos líderes. Y en cuanto a "La odisea de Tashiko", es la propia protagonista la que termina por desconfiar de cualquiera que intenta ayudarla...

5- El protagonista termina siendo más fuerte. Esto viene heredado por la obra de J.R.R. Tolkien. Al final de la historia, el protagonista, una vez que ha superado todos los peligros de su aventura, ha madurado, ha crecido, se ha hecho más fuerte... Porque al fin y al cabo, en esto mismo consiste la vida, en crecer y madurar. En este punto, el protagonista joven pasa a ser adulto y, si ha tenido éxito en su aventura, será un adulto mejor que los de la anterior generación, un adulto que va a crear un nuevo mundo, más justo y solidario.
Así sucede en "El Heraldo del Caos", con el protagonista de vuelta a su mundo natal y fundando una nueva familia después de haber cambiado (a mejor) el sistema social en el que se crió. En "El Observador", son todos los personajes que llegan  vivos al final de la novela, los que experimentan una especie expansión mental y espiritual, cuando por fin encuentran al hacker protagonista. Y precisamente, esto mismo era lo que pretendía plasmar cuando escribí "La odisea de Tashiko". Describir cómo una niña pija e inútil se convierte, a lo largo de una aventura, en una heroína de acción.
Y por cierto, Tashiko es la del centro, en la ilustración que acompaña esta entrada.


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