La lucha contra lo cotidiano.

Empiezo otro año, y empiezo otro blog, porque en marzo publicaré un nuevo libro; "La odisea de Tashiko".
Lo propio en esta primera entrada, es decir de dónde surgió la idea de escribir otra nueva novela. Y es que, en esta ocasión, se podría afirmar que "La odisea de Tashiko" nació al mismo tiempo que pasaba a limpio "El Observador", mi segunda novela.
No me malinterpreten. "El Observador" es una novela amena y entretenida. Al menos, hasta la fecha, no recibí ninguna queja de algún lector insatisfecho que me dijera lo contrario. No obstante, si "El Observador" es una novela que engancha tanto, es porque sus personajes parecen salidos de la realidad cotidiana, del mundo real. Todavía mantengo que un lector cualquiera no puede leer "El Observador" sin sentirse identificado con alguno de los personajes que pululan en este Madrid ficticio que describo en mi segunda novela.
Sin embargo, por este mismo motivo, me resultó agotador escribir "El Observador". Fue la primera vez que tenía que escribir con una larga lista de personajes y situaciones al lado de las libretas o de el ordenador. En otras palabras, me entregué tanto a una obra tan densa y compleja, que empecé a cogerle cierto asco. Si no hacía algo al respecto, nunca podría terminar de escribir "El Observador". Nadie podría saber de las andanzas de este pirata informático que ayuda al prójimo con sus actos alegales.
Así que, paralelamente a la escritura en el ordenador de "El Observador", me dediqué a escribir otra historia, una que ya hacía tiempo que tenía en mente, sobre una niña pija que se convierte en una heroína invencible de acción a medida que progresa en un viaje lleno de peripecias. Se puede decir que si no hubiera sido por el apoyo de Tashiko, "El Observador" nunca existiría.
Y como suele ocurrir cuando escribo, a medida que iba desarrollando la historia, también la encontraba interesante. Y eso que en un principio pretendía escribir sobre una chica guapa y malcriada que se hace fuerte al enfrentarse a todos los peligros que aparecen en su camino, cada uno más letal que el anterior. Pero al final, este relato de acción y ciencia ficción terminó adquiriendo la forma de un cuento para adultos, una fábula con una moraleja especialmente dirigida a lectores "ninis". Me refiero a esa gente que, de pronto, están en un momento de su vida, en que no saben qué hacer con sus respectivas existencias.
También hubo inspiración musical a la hora de escribir "La odisea de Tashiko". En esta ocasión, ha sido el tema Star Sky, de los divinos Two Steps From Hell, que me inspiró para imaginarme las visiones que Tashiko experimenta durante sus viajes por el hiperespacio, además de que me ayudó a visualizar los hechos acontecidos en el esplendoroso y trascendental tercer acto de esta novela. Porque al final de "La odisea de Tashiko", al igual que en "El Heraldo del Caos" y que en "El Observador", la protagonista hace un descubrimiento cosmológico que le ayuda a completar su larga odisea.


Disfruten de esta canción, y hasta el próximo blog.

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