No hay fronteras.
Muchos me preguntan siempre lo mismo. ¿Qué sentido tiene escribir ciencia ficción? La gente está más interesada en los asuntos del día a día. Deberías escribir sobre ello.
A lo que yo debería responder a la gallega. ¿Qué les hace pensar que un escritor de ciencia ficción no escribe sobre el día a día? Porque al fin y al cabo, qué es un día, sino el periodo de rotación de la Tierra, o de cualquier otro planeta. ¿O acaso no estamos hechos con polvo estelar, la materia producida por las estrellas y diseminada por el universo, cuando este astro moribundo entra en su fase final de supernova? ¿O no habitamos un esferoide rocoso que da vueltas alrededor de una estrella? ¿O no buscamos parejas guapas, porque la recombinación génica es más eficiente con ellas? ¿O es que nuestra jerarquizada civilización actual no difiere en demasía con las sociedades primitivas de nuestros antepasados trogloditas?
No, el que diga que el género de ciencia ficción no toca temas cotidianos, no ha leído bastante. Claro que me atrae este género por el tema de explorar las últimas fronteras, transportar al lector a tiempos y lugares fuera del alcance de nuestra actual tecnología. Pero suelo hacerlo desde la perspectiva de gente normal y corriente, que nunca se ha planteado las preguntas escritas líneas más arriba.
"La odisea de Tashiko" es una novela especialmente pensada para los lectores que sufren de alergia a este género. Porque antes de iniciar su odisea, Tashiko pensaba solamente en la comodidad de su vida cotidiana. Vive en una auténtica utopía, sin pensar en los sacrificios que tuvieron que hacer sus antepasados para poder fundar la Coalición. Poco le importan los antiguos viajes espaciales, para abandonar con urgencia un planeta agonizante llamado Tierra, las disputas por los sistemas estelares más prósperos, o la costosa organización de una sociedad carente de clases sociales y de unidades monetarias. Ella vive feliz, sin plantearse si debe hacer algo por haber tenido la fortuna de nacer y crecer dentro de las fronteras de la Coalición.
En cierta forma, Tashiko se parece a los jóvenes que se están criando en las sociedades avanzadas de hoy en día. Muchos crecen conscientes de que hay leyes que les protegen, rodeados de constantes estímulos tecnológicos, con la idea de que tienen el futuro asegurado, y sin saber nada de las guerras de antaño o de lo importantes que fueron los acontecimientos políticos de las generaciones precedentes.
En otras palabras, que Tashiko es una chica normal y corriente, que de pronto se ve envuelta en una odisea que le abrirá los ojos y la hará reaccionar.
A lo que yo debería responder a la gallega. ¿Qué les hace pensar que un escritor de ciencia ficción no escribe sobre el día a día? Porque al fin y al cabo, qué es un día, sino el periodo de rotación de la Tierra, o de cualquier otro planeta. ¿O acaso no estamos hechos con polvo estelar, la materia producida por las estrellas y diseminada por el universo, cuando este astro moribundo entra en su fase final de supernova? ¿O no habitamos un esferoide rocoso que da vueltas alrededor de una estrella? ¿O no buscamos parejas guapas, porque la recombinación génica es más eficiente con ellas? ¿O es que nuestra jerarquizada civilización actual no difiere en demasía con las sociedades primitivas de nuestros antepasados trogloditas?
No, el que diga que el género de ciencia ficción no toca temas cotidianos, no ha leído bastante. Claro que me atrae este género por el tema de explorar las últimas fronteras, transportar al lector a tiempos y lugares fuera del alcance de nuestra actual tecnología. Pero suelo hacerlo desde la perspectiva de gente normal y corriente, que nunca se ha planteado las preguntas escritas líneas más arriba.
"La odisea de Tashiko" es una novela especialmente pensada para los lectores que sufren de alergia a este género. Porque antes de iniciar su odisea, Tashiko pensaba solamente en la comodidad de su vida cotidiana. Vive en una auténtica utopía, sin pensar en los sacrificios que tuvieron que hacer sus antepasados para poder fundar la Coalición. Poco le importan los antiguos viajes espaciales, para abandonar con urgencia un planeta agonizante llamado Tierra, las disputas por los sistemas estelares más prósperos, o la costosa organización de una sociedad carente de clases sociales y de unidades monetarias. Ella vive feliz, sin plantearse si debe hacer algo por haber tenido la fortuna de nacer y crecer dentro de las fronteras de la Coalición.
En cierta forma, Tashiko se parece a los jóvenes que se están criando en las sociedades avanzadas de hoy en día. Muchos crecen conscientes de que hay leyes que les protegen, rodeados de constantes estímulos tecnológicos, con la idea de que tienen el futuro asegurado, y sin saber nada de las guerras de antaño o de lo importantes que fueron los acontecimientos políticos de las generaciones precedentes.
En otras palabras, que Tashiko es una chica normal y corriente, que de pronto se ve envuelta en una odisea que le abrirá los ojos y la hará reaccionar.
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